Cameron ha bajado a Gran Bretaña del tren europeo y han ganado los que no tienen un plan alternativo.

La habilidad neoconservadora, la de los actores financieros, la de las agencias de calificación consiste en hacernos olvidar las correcciones de fondo que necesita el modelo de economía financiera sin regulación y llena de humo que nos llevó a esta catástrofe.

El fundamentalismo liberal ha fracasado, pero las respuestas sostenibles no afloran.
Europa, unida políticamente, puede contribuir a reencauzar el desorden económico.

Se cumplen nueve meses desde el 11 de septiembre. En el imaginario colectivo se ha convertido en la fecha de referencia de la crisis por la que atraviesa el mundo, a pesar de que nada tuviera que ver con el inicio de la económica, que ya era muy severa en el momento de producirse los atentados.

Para el movimiento socialdemócrata, en cualquiera de sus variantes, una de las cuestiones claves, porque afectan a su identidad, es si en la nueva economía, en la era de Internet, tienen cabida las políticas de solidaridad.