La guerra de Irak es actual
Hace cuatro años de aquella decisión del trío de las Azores y la guerra sigue en un crescendo sin fin.
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Preparativos bélicos
Hace cuatro años de aquella decisión del trío de las Azores y la guerra sigue en un crescendo sin fin.
Con un entusiasmo y una alegría que no he visto en ningún Parlamento del mundo, los diputados y diputadas del Partido Popular aplaudían a rabiar la resolución que proponen para abrir paso a la guerra contra Irak y la negativa a dar cualquier oportunidad a los inspectores para que rematen su objetivo ¿Por qué estarán tan contentos con la que nos espera?
Es fácil decir que todos estamos contra la guerra. Y seguramente es verdad en la inmensa mayoría de los casos. La política es poliédrica y cada uno verá lo que dice desde el prisma que le convenga. Tanto los defensores del conflicto con Irak, como los que se oponen, defenderán sus posiciones como las más correctas en el camino de la paz.
El despliegue se desarrolla inexorable. Como si de una invasión de hispanos se tratara, se llena de Sánchez, Pérez, Garcías y González -incluso-. El Golfo se llena de tropas dispuestas a combatir al cabeza visible del «eje del mal». La ventana temporal de oportunidad se acerca en el duro desierto bíblico.