La estabilidad presupuestaria es necesaria para un crecimiento económico sostenido.
Es bueno que haya un acuerdo y el mecanismo más contundente es que figure en la Constitución.

Un cuarto de siglo de vida de la Constitución es una experiencia extraordinaria en la convulsa historia de la España contemporánea. Deberíamos celebrarlo, pero las sombras del conflicto territorial y de las interpretaciones excluyentes de la Carta Magna enturbian el cumpleaños.

Es curioso, cuando menos, el revuelo organizado con motivo de unas palabras mías sobre el papel de Adolfo Suárez y la Constitución.

Empieza un nuevo año, que no un nuevo siglo ni milenio, como la digitalización de la cultura nos quiere hacer creer. Nada pasó, aunque no podamos dejar en paro técnico a tanto milenarista, tanto profeta de desgracias sin cuento.