Pero… ¿han pasado 25 años?
Me siento atrapado por la sorpresa, y por mi imprevisión, en este 25 aniversario de la Monarquía, del comienzo de la transición, de la muerte de Franco.
2000
Me siento atrapado por la sorpresa, y por mi imprevisión, en este 25 aniversario de la Monarquía, del comienzo de la transición, de la muerte de Franco.
Las cumbres de Biarritz y Niza están precedidas por numerosos pronunciamientos sobre el proceso de construcción europea y acompañadas por acontecimientos de singular importancia, como la caída de Milosevic o el agravamiento de situación en los territorios ocupados de Palestina.
En el marco de los diálogos culturales de Santiago de Compostela, dos mexicanos -Héctor Aguilar y Ángeles Mastreta-, dos tunecinos -Hélé Béji y Ridha Tlili-, un marroquí -Tahar Ben Jelloun-, un europarlamentario francés de origen argelino -Sami Naïr- y yo mismo hemos hecho un apasionante debate sobre el problema de la identidad cultural en las sociedades norteafricanas, latinoamericanas y europeas después de la caída del muro de Berlín y la explosión del fenómeno conocido como globalización o mundialización.
La inmigración es una necesidad económica y demográfica para España y, a la vez, se está convirtiendo en un grave problema, tanto en la percepción de la opinión pública como en el disparatado debate político que la alimenta.
Para el movimiento socialdemócrata, en cualquiera de sus variantes, una de las cuestiones claves, porque afectan a su identidad, es si en la nueva economía, en la era de Internet, tienen cabida las políticas de solidaridad.
Las elecciones presidenciales peruanas han resultado fallidas. Cuanto antes se corrijan los perniciosos efectos, mejor será para el país.
Es curioso, cuando menos, el revuelo organizado con motivo de unas palabras mías sobre el papel de Adolfo Suárez y la Constitución.